Kindles autografiados, ¿la moda que se viene?

La disputa entre los usuarios de eBooks y los de libros de papel es una pelea que acá en el Club nos parece un poco inflada y bastante injusta, porque -aunque a primera vista no lo parezca- se tratan de cosas diferentes.

Matías ya señaló que uno de los motivos por los cuales los libros electrónicos todavía no despegaron del todo es porque buenos títulos en formato tradicional visten nuestra casa y nos dan cierto prestigio. Otro motivo podría ser que con un Kindle o un Nook se pierde la costumbre de que un autor nos autografíe un ejemplar en la Feria del Libro, por ejemplo.

Por suerte eso puede cambiar. Por un lado, el New York Times relata que en la última presentación de David Sedaris -uno de mis autores favoritos- en el mítico local de Strand en Nueva York, un tal Marty hizo la cola para darle la mano y le acercó su Kindle para que lo firmase. Sedaris, con cierto horror, le escribió “This bespells doom”. Más tarde contó que ya firmó “al menos cinco Kindles y un buen número de iPods con mi audiolibro”.

Pero ahora también existe Kindlegraph.com, un sitio que permite a los autores enviar un pequeño mensaje y un autógrafo a un eReader. Sólo tenés que registrarte con tu cuenta de Twitter, elegir el libro que vas a comprar -por ahora la oferta es escasa- y en unos días el autor te manda un mensaje en tinta electrónica. El archivo de la dedicatoria y la firma se adhiere a la portada del libro.

Por ejemplo, así queda un mensaje del libro que Amazon no dejó comprarme, BossyPants de Tina Fey:

Supongo que todos sospechamos de si realmente es Tina Fey la que firma los libros o una esclava coreana en una fábrica de autógrafos. Pero me parece un buen avance y un motivo más para tener un eBook.

Cierro con un pensamiento más de Sedaris, porque me gustó cómo terminó la nota del NY Times. “Lo más raro que firmé fue una pierna ortopédica. El año pasado en Austin firmé una pierna verdadera y luego su dueño se lo tatuó. Justo la noche anterior una madre que recién había parido me ofreció un poco de la leche de su pecho y probé un poquito”, concluyó.